Desde algún tiempo y lugar de Latinoamérica nos llegó por correo esta carta con el audio que le sigue:
"Tengo muchas cosas para decir. Y no las voy a callar. Porque el silencio es una tremenda tiranía. Pero no hablo de la falta de discursos o de palabras. No. La máquina funciona un paso adelante, y disimula el silencio con ruido. Porque es eso, ruido.
En la radio escuchamos publicidades y noticias irrelevantes. Ruido. La tele nos hipnotiza con luces, colores y frases. Más ruido. Silencio. Se calla lo importante, se callan las verdades de los oprimidos, se silencian los desterrados. Paradójicamente, se silencian con ruido. Un operativo siniestro está funcionando. Las dictaduras que azotan nuestro continente Latinoamericano en estos años, los 70, son maestros de esta técnica. Pero ojo. No termina con ellas. La maquinaria del mal se reorganizan día a día.
Los dejaré por el momento. Sabrán de mí de nuevo, aunque aún no sé ni cuándo ni desde dónde.
El Cronista Clandestino."
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