x Nicolás Pisano
¿Qué pasó para que me sintiera así? No lo sé, pero pasó. Por primera vez entendí lo que sucede. Comprendí que estoy gastando mi juventud en formarme para “salir a la vida” y crecer. Quizás cuando crezca voy a darme cuenta de que la mejor parte de la vida es este retazo de juventud que pierdo tratando de ser grande. Ya sé que son locuras, pero me puse a pensarlo. Tiempos raros.
Eran las tres de la tarde y había emprendido otro viaje más al centro, a la facultad. Recorriendo el andén del Belgrano, observé a varios grupos de chicos que iban a tomar el mismo tren que yo. Poco observador soy cuando voy para el centro.
Me subí al vagón, pensando en la clase de economía que me esperaba y cuando el sol me pegaba más duro en la frente, el pibe que se sentaba adelante mío en el tren, sacó una guitarra y empezó a tocar. Recién ahí me dí cuenta, era el Día del Estudiante. Primavera. Tiempos raros.
Inevitablemente me remonté a la secundaria, cuando esperábamos ansiosamente el Día del Estudiante o de la primavera. Íbamos a bailar y bien temprano al río, un ritual que repetimos dos años, porque en 2006 nos tocó festejar el día en Bariloche. Tiempos raros.
Debo reconocer que sentía una envidia sana de estos chicos que se iban a festejar bajo el sol, pelota al pie, mate en mano y guitarra al hombro.
En realidad no se cuan sana era mi envidia. Al fin y al cabo, era envidia, ¿no?
Ya con veinte minutos de viaje, pasando Florida, los pibes empezaron a cantar, a aplaudir y a charlar más alto de los volúmenes habituales. Como lo hacíamos con mis amigos hace tan solo cuatro años.
Puse auriculares en mis orejas y subí al mango una canción ochentosa que sonaba en mi mp3, tratando de engañar la situación. Pero fue inútil. Por primera vez en toda mi corta vida, me molestó el ruido de los pibes. Me molestaba que jodan tanto.
El inútil soy yo. Envidia. Vejez en plena juventud. Tiempos raros.
¿Qué pasó para que me sintiera así? No lo sé, pero pasó. Por primera vez entendí lo que sucede.
Quizás esté exagerando, como amante de las historias, suelo hacerlo a menudo. Pero quizás no sea así esta vez y me estoy transformando en un terrible mala onda.
Resentido, me senté y escuché la clase de economía en la facultad. En silencio, en tristeza.
“No pueden ser tan ortivas y mirarnos así, ¿nunca fueron jóvenes?”, decía siempre cuando, hace algunos años, algún pasajero me miraba mal por tocar la guitarra en el colectivo.
El problema es que el ruido me molestó y yo todavía soy muy joven. En el tren respondí con una mirada de la cual no me siento para nada orgulloso.
Envidia. Trenes. Pibes. Pibas. Guitarras. Viejo. Crecer. Colectivos. Mala onda. Problemas. Tiempos raros.
De pronto la solución sería entender que, en realidad, no estoy viejo y que mis conflictos son fácilmente solucionables. Que no existe tal problema y que solo basta con juntar cuatro mangos para el bondi o el tren, llamar a mis amigos y convencerlos de pasar el día entre guitarras y mates. Quizás me dé cuenta de que el tiempo lo mide uno mismo, y que soy joven.
El tema es que ahora te metí en un brete importante a vos. Porque yo tengo 20 años y puedo resolver mis conflictos, simplemente, con algunas actitudes fieles a mi edad.
Si vos tenés más de 30, las cosas son distintas.
Quizás lo que tengas que hacer es asumir tu edad, no darle tanta bola a los pendejos y dejar de leer las estupideces que escribo, cuando me cuestiono la vida en el tren.
Feliz primavera y Día del Estudiante para todos /
Eran las tres de la tarde y había emprendido otro viaje más al centro, a la facultad. Recorriendo el andén del Belgrano, observé a varios grupos de chicos que iban a tomar el mismo tren que yo. Poco observador soy cuando voy para el centro.
Me subí al vagón, pensando en la clase de economía que me esperaba y cuando el sol me pegaba más duro en la frente, el pibe que se sentaba adelante mío en el tren, sacó una guitarra y empezó a tocar. Recién ahí me dí cuenta, era el Día del Estudiante. Primavera. Tiempos raros.
Inevitablemente me remonté a la secundaria, cuando esperábamos ansiosamente el Día del Estudiante o de la primavera. Íbamos a bailar y bien temprano al río, un ritual que repetimos dos años, porque en 2006 nos tocó festejar el día en Bariloche. Tiempos raros.
Debo reconocer que sentía una envidia sana de estos chicos que se iban a festejar bajo el sol, pelota al pie, mate en mano y guitarra al hombro.
En realidad no se cuan sana era mi envidia. Al fin y al cabo, era envidia, ¿no?
Ya con veinte minutos de viaje, pasando Florida, los pibes empezaron a cantar, a aplaudir y a charlar más alto de los volúmenes habituales. Como lo hacíamos con mis amigos hace tan solo cuatro años.
Puse auriculares en mis orejas y subí al mango una canción ochentosa que sonaba en mi mp3, tratando de engañar la situación. Pero fue inútil. Por primera vez en toda mi corta vida, me molestó el ruido de los pibes. Me molestaba que jodan tanto.
El inútil soy yo. Envidia. Vejez en plena juventud. Tiempos raros.
¿Qué pasó para que me sintiera así? No lo sé, pero pasó. Por primera vez entendí lo que sucede.
Quizás esté exagerando, como amante de las historias, suelo hacerlo a menudo. Pero quizás no sea así esta vez y me estoy transformando en un terrible mala onda.
Resentido, me senté y escuché la clase de economía en la facultad. En silencio, en tristeza.
“No pueden ser tan ortivas y mirarnos así, ¿nunca fueron jóvenes?”, decía siempre cuando, hace algunos años, algún pasajero me miraba mal por tocar la guitarra en el colectivo.
El problema es que el ruido me molestó y yo todavía soy muy joven. En el tren respondí con una mirada de la cual no me siento para nada orgulloso.
Envidia. Trenes. Pibes. Pibas. Guitarras. Viejo. Crecer. Colectivos. Mala onda. Problemas. Tiempos raros.
De pronto la solución sería entender que, en realidad, no estoy viejo y que mis conflictos son fácilmente solucionables. Que no existe tal problema y que solo basta con juntar cuatro mangos para el bondi o el tren, llamar a mis amigos y convencerlos de pasar el día entre guitarras y mates. Quizás me dé cuenta de que el tiempo lo mide uno mismo, y que soy joven.
El tema es que ahora te metí en un brete importante a vos. Porque yo tengo 20 años y puedo resolver mis conflictos, simplemente, con algunas actitudes fieles a mi edad.
Si vos tenés más de 30, las cosas son distintas.
Quizás lo que tengas que hacer es asumir tu edad, no darle tanta bola a los pendejos y dejar de leer las estupideces que escribo, cuando me cuestiono la vida en el tren.
Feliz primavera y Día del Estudiante para todos /
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9 comentarios:
Desde la sala de redacción...
Excelente, ja a mi no me llegó a joder, pero pase por una plaza, mochila con cuadernos y apuntes al hombro, y los ví. Desde ese momento los empecé a ver todos lados. Hasta entonces era para mi un día normal.
Y pasa. ¿no se puede volver ahí? ¿en qué momento deje ser de ese bando? ¿ por qué yo estoy en la cuadra de enfrente a la plaza? o en realidad ¿dónde mierda estoy parado ahora? ¿estoy seguro del camino que estoy haciendo?
Algunas preguntas, que el natural inconformismo las hace eternas e incontestables.
jajajaj muy buena la nota muchachos. Con estas cosas demuestran que ustedes no solo se dedican al humor sino que tienen una cultura porpia y general muy importante. Yo estoy convencido con la idea que ustedes alguna vez dijeron, CQP es un programa de humor y periodismo, NO TENGO DUDAS. Gracias por tantas alegrías y ojala chaca remonte en el campeonato que venimos de capa caida. Un abrazo enorme.
Martín.
Esta es la verdadera capa caida.
Agus K
MUY BUENA NICO Y GRACIAS POR LOS SALUDOS A MI Y A MI FAMILIA EL SABADO. NOS ESCUCHAMOS EL FINDE.
DIEGO PORTA.
jajajjajajaja que viejos estan!!! Nos escuchamos el sabado. Porta está mas tranquilo sabiendo la negativa del regreso del Gran Pt. tEMIA una revancha.
Pepo (El tipo más activo del blog)
Yo me sentí muy mal, tengo más de 30 y leo las estupideces que Pisano se cuestiona de la vida. Que además, son geniales. Excelente nota, mejor programa y muy buen blog.
Son todos muy buena onda, algun dia me gustaria conocerlos y escucharlos en vivo, pero el trabajo no me lo permite por ahora.
Besosososososoosossossssss!!!
Lore.-
Hola Chicos! El otro dia escribi en el banco del colegio todas las direcciones de cqp y el horario del programa ...hasta el nombre del conductor y del co-conductor y dio resultado!!! tienen un par de oyentes mas!!!
(rochy_crazygirl55@hotmail.com)
ahhh me olvidaba. Soy fanática del skecth del dentista lo grabe en mi celu y lo escucho siempre. trato de no escucharlo en la calle por q ya lo hice y me rei tanto q me miraron raro ja
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